Desde muy pequeño, siempre me han dicho «Qué peliculero eres», y tienen razón porque siempre me ha encantado el cine. Imitaba muchas escenas, me aprendía los diálogos de memoria, me imaginaba que vivía en ellas, quería ser parte de ese mundo.

Y fué en el 2018 que por fin pude iniciar mi camino y poder estudiar interpretación en Madrid, en la escuela Work In Progress. Y como soy un inconformista, también estoy empezando en mi formación en Dirección Audiovisual, Guión, Post producción y Edición de vídeo. Porque no solo quiero interpretar historias, también quiero crearlas.